lunes, 18 de abril de 2011

Los sofistas.

Los sofistas.

Con el término sofistas se designa a un grupo de personalidades de la cultura y la filosofías griegas que vivieron durante el siglo V a.C. Posteriormente, la voz "sofista" adquirió un valor semántico negativo, debido a las críticas desatadas por Platón en sus dialogos de madurez. Sin embargo, en su origen significaba sabio, hábil, competente, y en este sentido lo utilizaban quienes lo ostentaban. Los orígenes de la sofística estan estrechamente vinculados al vasto cambio político social que se produjo en Grecia, tras vencer a los persas. La democracia ateniense era una democracia directa, no representativa, en la que todos los ciudadanos podían participar en las decisiones públicas, a través de las asambleas populares y tribunales convocados. En esas intervenciones, la posibilidad de que prevalecieran las propias tesis dependía exclusivamente de la capacidad expresiva y retórica. Y aquí intervinieron los sofistas, que suelen dividirse en dos grupos:
1- Los sofistas anteriores: Protágoras de Abdera, Gorgias de Leontinos, Pródico de Ceos e Hípias de Elis, activos antes del nacimiento de Platón.
2- Los sofistas posteriores: Calicles, Antifón, Trasímaco y Critias.
En concreto, la principal función de la segunda generación consistía en enseñar la erística (de eris, lucha), concebía con el arte de pessuadir y argumentar en forma dialéctica. La erística instruía en la capacidad de sostener indiferentemente el pro y el contra de cualquier tesis, sin preocuparse necesariamente de la verdad o falsedad de lo defendido.
Aunque los sofistas explicaban sus técnicas y procedimientos a todo aquel que tuviera dinero para pagarle, su principal objetivo pedagógico no era tanto formar al pueblo como educar a los que en el futuro debían ser caudillos de ese pueblo. 
Los sofistas fundaron el subjetivismo o relativismo ( la verdad de la cosa conocida es relativa al sujeto que la conoce), que fue expresado por Protágoras (h. 480-h. 410 a.C.) en su célebre sentencia: "el hombre es la medida de todas las cosas".
Cosmopolitas y apátridas, los sofistas viajaron constantemente por todo el mundo entonces conocido. En sus viajes entraron en contacto con una pluralidad de costumbres y leyes, que los indujo a rechazar la idea imperante de la ley como algo eterno y universalmente válido.

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