lunes, 18 de abril de 2011

Los presocráticos.

Los presocráticos.




Tales de Mileto (624-546 a.C.)
Sostuvo que el principio constitutivo de las cosas era el agua.

Anaximandro (611-546 a. C.)
Imaginó que todas las sustancias provenían de una sustancia eterna, completamente indeterminada, esto es sin ninguna cualidad definida, y que podría adquirir cualquier determinación y convertirse en cualquier cosa del mundo. A esta sustancia la llamó apeiron, lo indefinido, lo ilimitado, lo inconcreto, mezcla originaria y eterna de todas las cosas. Su concepción filosófica se conoce como monismo porque imagina que todo procede de una única realidad de fondo. Anticipándose a Darwin, consideró que la especie humana procede por evolución de otra especie inferior (los peces).


Anaxímenes (588-534 a. C.)
El principio de todas las cosas es el aire.

Pitágoras y el pitagorismo (siglo V a. C.)
Pitágoras fundó una suerte de comunidad de estructura religioso-científica, asceta y mística y continuador del orfismo. Establecía la comunidad de bienes, admitía en plena igualdad de derechos a varones y mujeres. Los números son los principios de todas las cosas, la esencia misma, pues, de realidades tan heterogéneas como el cielo, el matrimonio e incluso la justicia.

Heráclito de Éfeso (540-480 a. C.)
Para Heráclito, el origen de esta realidad en flujo continuo es el elemento fuego.

Parménides (540-450 a. C.)
Su preocupación no fue tan naturalista o física como sus predecesores. Con él nace la ontología o ciencia que estudia el ser y a partir de allí la filosofía tratará del ser y de la verdad. El ser es la única cualidad que tienen en común todos los objetos del mundo.

Zenón de Elea (siglo V a. C.)
Gracias a él la escuela eleática recibió la forma conocida con el nombre de erística o dialéctica. La erística (de eris, lucha) es el arte del diálogo y de la disputa filosófica, por eso dio más importancia a los resultados de la argumentación abstracta que a los testimonios de los sentidos (racionalismo epistemológico).

Empédocles de Agrigento (490-430 a.C.)
Para él todo lo que existe se ha formado por combinación y mezcla, en determinadas proporciones, de las cuatro sustancias fundamentales: agua, aire, tierra y fuego. Su mérito anticipa la idea científica de “elemento químico” y la introducción de la idea de fuerza.

Anaxágoras de Clazomene (430 a. C. aprox.)
La realidad se compone de infinitos elementos cualitativamente distintos e indefinidamente divisibles, unas partículas diminutas, origen eterno e inmutable de las cosas, llamadas homeomerías. Las uniones de homeomerías formarían las cosas y la causa exterior que las une es el nous o mente universal. Esta idea influyó profundamente en la filosofía de Platón.

Los atomistas: Leucipo (siglo V a. C.) y Demócrito (460- 370 a. C)
La concepción del mundo de los atomistas es profundamente materialista. No admiten ningún principio espiritual, todo es materia, incluso el alma humana. Los principios últimos de todas las cosas son los átomos (los indivisibles), sustancias homogéneas que se mueven porque son pesados y están en el vacío, es decir, su movimiento es una caída.


Nelson Esteban Rolon.

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